Latinoamérica tiene un mercado inmobiliario en desarrollo con un gran potencial para el crecimiento. Esto se debe a una creciente demanda de inmuebles debido al aumento del empleo y el ingreso, a la vez que la oferta de inmuebles también se está incrementando con el aumento de la construcción. El mercado inmobiliario en Latinoamérica también se ve impulsado por el creciente número de inversiones extranjeras en el sector. A pesar de esto, el mercado inmobiliario latinoamericano todavía se encuentra en una etapa de desarrollo con mucho margen de crecimiento. En comparación con otros mercados inmobiliarios en todo el mundo, el mercado inmobiliario latinoamericano todavía se encuentra en una etapa relativamente temprana. Esto significa que hay mucho espacio para el crecimiento y la innovación en el sector. En general, el mercado inmobiliario en Latinoamérica se encuentra en una etapa de desarrollo temprano en comparación con otros mercados inmobiliarios en el mundo, lo que significa que hay una gran oportunidad de que se desarrolle y se expanda significativamente en el futuro cercano. Esto significa que los inversores que buscan aprovechar esta oportunidad tienen que estar preparados para tomar riesgos y estar dispuestos a hacer grandes inversiones.

El COVID-19 ha tenido un impacto significativo en el mercado inmobiliario residencial de América Latina, sin embargo, la pandemia ha estimulado la demanda tanto de propiedades de alquiler como de alojamiento con espacio al aire libre, al mismo tiempo que acelera la digitalización de la industria e impulsa la competencia entre los prestamistas hipotecarios.

A pesar del costo social y humano negativo de COVID-19, un desarrollo positivo ha sido la adopción acelerada de nuevas tecnologías digitales en una variedad de sectores. El sector inmobiliario residencial de América Latina no es una excepción a esta tendencia, con empresas que adoptan la digitalización para llevar productos y servicios innovadores a los consumidores.

Entonces, la pandemia del COVID-19 aceleró un proceso que venía ocurriendo en los últimos años en toda América Latina: la digitalización del mercado inmobiliario. Ante el distanciamiento social, la búsqueda de inmuebles en plataformas virtuales, creció, confirmando la apuesta de startups y empresas que actuaron con fuerza en internet y, al mismo tiempo, presionaron a desarrolladores e inmobiliarias a invertir rápidamente en tecnología para seguir esta transición del mundo físico al mundo digital. Si bien es probable que la caída simultánea de la producción y el consumo ejerza una presión a la baja sobre la actividad inmobiliaria a corto plazo, los factores subyacentes que han impulsado la demanda de los consumidores en los últimos años deberían contribuir a la recuperación.