El dato más utilizado para medir los resultados económicos de un país es el Producto Interior Bruto (PIB). El PIB representa todos los bienes y servicios producidos por un país durante un periodo determinado, normalmente un año. El PIB se utiliza para medir el tamaño y la fortaleza de la economía de un país, así como su posición en relación con la economía mundial. En 2022, el PIB de Brasil fue de 9,9 billones de reales, lo que, dividido por 207,7 millones de personas (IBGE), significa una renta media anual per cápita de unos 47.664,90 reales.

Calculado en dólares medios, el PIB de Brasil en 2022 fue de 2,082 billones de dólares. Brasil ocupaba el 10º lugar entre las 15 mayores economías del mundo. La buena noticia es que Fitch Ratings, la agencia de calificación de riesgos financieros, ha elevado su previsión de crecimiento de nuestro PIB del 2,3% al 3,2% en 2023. El Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA) del Ministerio de Economía, más optimista, revisó su previsión al 3,3%. Sin embargo, los recientes acontecimientos políticos con repercusiones económicas han puesto en duda estas prometedoras estimaciones.

Acontecimientos muy inquietantes, como las guerras entre Rusia y Ucrania y entre Israel y Hamás, están generando una preocupante inestabilidad económica mundial, que afecta principalmente a los activos financieros. No hay forma de predecir el alcance de estos conflictos. Pero existe una salvaguarda. Según la cadena de noticias Bloomberg, la implacable crisis de Argentina, que alcanzó una inflación anual del 138,3% en septiembre de 2023, ha sido valientemente superada por Eduardo Elsztain, antiguo socio de George Soros, basándose en resistentes inversiones en el sector inmobiliario.

Elsztain ha descartado las inversiones en acciones, bonos y derivados, muy afectadas por el impago argentino. Para reafirmar su postura, sobre el escritorio del magnate hay una obra de arte formada por una esfera de cristal transparente llena de billetes triturados de pesos fuera de circulación. La idea de esta creación es mantener en la mente de los ciudadanos la fragilidad del papel moneda. En pocos lugares es más palpable esta realidad que en Argentina. Superarla es una cuestión de estrategia.

Esta constatación llevó al empresario a fijarse en la idea de las inversiones sólidas. Según él, la receta es sencilla: tierra, ladrillos y mortero. Con esta idea en mente, ha construido un imperio de centros comerciales, terrenos agrícolas, oficinas e incluso minas de oro. La mejor defensa contra la inestabilidad son los activos reales. Así es como ha esquivado las profundidades en las que se ha hundido Argentina en los últimos 20 años. Elsztain señala que imprimir dinero para cubrir los gastos propios es una especie de droga de la que quienes la prueban no salen fácilmente.

IRSA, la sociedad inmobiliaria del inversor, posee no menos de quince centros comerciales en Argentina. El conglomerado sigue creciendo, incluso cuando la economía del país se encamina hacia su sexta recesión en una década y la inflación alcanza casi el 140% anual. En Brasil, es cierto que experimentamos cierta inseguridad en relación con el sagrado derecho a la propiedad. Sin embargo, en casi 134 años de República, ningún dirigente de turno se ha atrevido a sugerir su extinción. Frente a tanta inseguridad, ¡no hay mejor certeza que la inversión inmobiliaria!

João Teodoro da Silva
Presidente – Sistema Cofeci-Creci
22/OCT/2023